Llega septiembre: nuevo curso, vuelta al cole para los niños y vuelta al trabajo en esta «nueva normalidad« (y que para muchos implica volver a teletrabajar desde casa). Sólo con pensarlo podemos empezar a sentir nervios, malestar e incluso sensación de enfado y es que, biológicamente, salir de la rutina nos provoca incertidumbre y miedo, lo que genera un cóctel de emociones que es importante tener en cuenta.
Las emociones están ahí, nos acompañan durante toda nuestra vida, y tienen una función adaptativa (pensemos que, si están, es por algo). Vamos a fijarnos por ejemplo en el estrés. En una primera instancia, es una reacción natural de nuestro cuerpo, un mecanismo de defensa ante una situación de emergencia o peligro que nos hace activarnos para poder responder lo mejor posible. Sin embargo, si dicho estrés se alarga en el tiempo, dejaría de tener una función adaptativa para pasar a suponer un problema para nosotros.
Cuando hay cambios en nuestra vida, corremos a elaborar un plan de acción para adaptarnos lo antes posible a la nueva situación (si no lo hacéis, os recuerdo cómo hacerlo en mi último post); pero muchas veces nos olvidamos de gestionar nuestras emociones y, ¡cuidado! No hacerlo puede suponer un autosabotaje a nuestro propio plan.
El primer paso es el autoconocimiento
Gestionar nuestras emociones no significa bloquearlas, significar canalizarlas y expresarlas adecuadamente. Es importante empezar por reconocer nuestras emociones, detectar cuándo empezamos a sentirnos muy nerviosos o cabreados, y empezar a tomar medidas para evitar que se haga lo que solemos llamar “una bola de nieve”. Reflexionar sobre las causas y analizar la situación es el siguiente paso. Merece la pena invertir un tiempo para pensar en cómo me estoy sintiendo y en qué datos objetivos tengo sobre lo que está pasando para poder racionalizar esas emociones.
¿Cómo podemos lidiar con nuestras emociones en momentos difíciles?

Empecemos por aprender a vivir con ellas, al igual que es importante ser conscientes de nuestras fortalezas ya que, en momentos difíciles, vamos a necesitar apoyarnos en ellas. Es importante en esta “nueva normalidad” ser flexibles, intentar vivir el presente y mostrarnos abiertos a que las cosas puedan ser cambiantes.
También es muy importante cuidarnos, dedicar un rato al día a nosotros mismos, hacer alguna actividad que nos guste, descansar, dormir 8 horas, cuidar nuestra alimentación (¡cuidado con los efectos del azúcar en el organismo!) y hacer ejercicio físico, ya que reduce los niveles de cortisol en sangre y hace que nos sintamos más relajados.
No nos olvidemos del poder del lenguaje. Cómo nos hablamos va a influir directamente en nuestros pensamientos y comportamientos. No es lo mismo decirnos a nosotros mismos frases como: “no puedo con esto, no valgo para nada” que decirme frases como: “soy capaz de controlarme” o “puedo manejar esta situación”.

Un último consejo: empaticemos. Igual que nosotros podemos sentirnos de esta manera, quizá muchos compañeros estén pasando por situaciones similares. Es bueno expresar cómo nos sentimos y buscar apoyo para lograr adaptarnos lo mejor posible a esta nueva realidad. Así que ya sabéis, cuidémonos emocionalmente, y cuidemos también a los demás.
Además, existen multitud de técnicas para manejar el estrés. Las más conocidas son las técnicas de control de la respiración, y también hay muchas otras orientadas a tratar los aspectos cognitivos y conductuales. Si quieres conocer algunas de ellas, ¡no te pierdas este #SharingValue!
0 comments on “Vuelta a la ‘nueva normalidad’, pero ¿sabes cómo gestionarlo?”