Recientemente he leído una gran novela de humor e intriga: ‘El asesinato de mi tía‘, Richard Hull); en la que Edward, un joven caprichoso y egoísta, planea deshacerse de su tía Mildred, usufructuaria de su herencia. Así, comienza a idear accidentes para matar a su tía sin dejar rastro y quedarse con toda su fortuna. Pero, a pesar de que Edward piensa que ha contemplado todos los detalles y que sus planes son perfectos, ocurren diversos imprevistos hacen que no pueda cumplir su objetivo: una zarza en medio del camino, un somnífero que no tiene el efecto deseado o la confusión de una planta venenosa con otra que no lo es.
No solo voy a aprovechar para recomendaros este libro, sino que voy a compartir la moraleja que he extraído de él: aunque pensemos que hemos planificado completamente un proyecto, siempre pueden surgir imprevistos que nos impidan cumplir los objetivos en plazo y coste. Llamémosle poder superior, azar, suerte, destino, … El hecho es que nunca se puede prever todo y, aunque, como a Hannibal Smith, «nos encante que los planes salgan bien» 😊, esto no siempre es posible.
Esto no implica que la planificación no sea necesaria, pues lo es. En los proyectos de pruebas, no se puede dejar todo a la aventura y debemos considerar la planificación como la primera fase del modelo de ciclo de vida propuesto por TMap® NEXT, la metodología de pruebas creada por Sogeti.
Las actividades que ejecutamos en esta fase de planificación constituyen la base para un proceso de pruebas de calidad. Estas actividades son:
- Formulación de la estrategia de prueba
- Elaboración del plan de pruebas, que incluye la estrategia, el análisis de riesgos, la estimación, el presupuesto, las actividades a realizar y los productos finales relacionados con el proceso de pruebas
- Determinación de las técnicas de prueba que se emplearán
La planificación realizada se verá afectada por la política de pruebas de la organización, los resultados que esperamos conseguir, la disponibilidad de recursos y las limitaciones en tiempo y coste que tengamos. Precisamente, serán estas limitaciones temporales y presupuestarias las que nos llevarán a adoptar decisiones sobre qué probar, pues es imposible probar todo. Para facilitar estas decisiones, también habremos de tener en cuenta los riesgos.
Un riesgo es un evento incierto, algo que no sabemos si sucederá o no y que tendrá un impacto en el proyecto. Este impacto puede ser positivo o negativo y puede afectar al alcance, el tiempo y el coste del proyecto. Para prevenir que la materialización de un riesgo conlleve el fracaso del proyecto de pruebas, durante la etapa de planificación es imprescindible realizar un análisis de riesgos detallado, en el que contemplemos todos aquellos “imprevistos” que pueden surgir durante el mismo. También deberemos generar:
- Un plan de contingencia con las acciones a realizar si el evento se produce
- Un plan de mitigación con las acciones a realizar para disminuir la probabilidad de ocurrencia del evento o para que su impacto sea lo menor posible.
El problema es que, aunque intentemos prevenir todos los sucesos que se pueden dar durante el desarrollo del proyecto, es imposible hacerlo. Por ejemplo, podemos prever un retraso en la entrega del objeto de pruebas por parte del equipo de desarrollo o un cambio en los requisitos del producto por parte del cliente, pero hay una gran cantidad de eventos que no podemos llegar a imaginar (tanto es así que ahora no se me ocurre ninguno 😉) y que podrían impactarnos. Por ello, es recomendable que, en nuestra planificación, contemplemos un tiempo de reserva; es decir, una cantidad de tiempo adicional “por si acaso”.
En resumen, por mucho que lo intentemos, lo que tienen los imprevistos es que no se pueden predecir y los planes de pruebas no siempre se pueden cumplir. Aún así, la planificación de pruebas es una fase imprescindible en los proyectos y no debemos comenzar a probar una aplicación sin haber pasado por esta etapa.
0 comments on “La planificación de pruebas y los incómodos imprevistos”