Había una vez un pequeño proyecto de software llamado Babyte, que de la mano de su madre: Quality Assurance y su padre: Software development process creció sano y fuerte. Babyte tuvo una infancia bastante tranquila y superó todas las fases que un recién nacido suele tener: aprender a comunicarse, alimentar la memoria de su base de datos, reconocer a los suyos. En definitiva, a adquirir funcionalidad, seguridad y un buen rendimiento.
Fue en su adolescencia, y como no podía ser de otra manera, cuando su personalidad y rebeldía se manifestaron de forma más evidente. El padre había iniciado otro proyecto de gestación y delegó toda responsabilidad a la madre: típico error de pareja desestructurada.
Pero gracias a todo el conocimiento de Quality Assurance, Babyte llegó a ser un gran software del que todo el mundo se sintió muy orgulloso.
Hasta que un día llegó el momento de la despedida y fue en ese instante cuando mamá Quality Assurance, le dijo:
– Yo soy quien mejor te conoce, y a pesar de que ahora ya puedes caminar por ti mismo, siempre habrá una parte de mí que nunca te abandonará, que te ayudará a sacar lo mejor de ti, que te levantará cuando te caigas y que cuando requieran algo para lo que no estabas preparado te dará las herramientas para poder proporcionarlo. Esta parte de mi se llama Customer Assurance.
Moraleja: Nadie mejor que el que conoce un producto por haberlo visto nacer (development & testing), puede luego dar cuentas de él.
A mi entender, un proyecto de testing ideal debería proporcionar la posibilidad de contratar el servicio de soporte post intro de cualquier producto. Los ingenieros que han validado un software, han acumulado una increíble cantidad de experiencia y conocimiento convirtiéndose, en el momento de la introducción, en los mejores expertos en ese paquete.
¿Vamos entonces un paso más allá?
Jordi Rodríguez
Test Lead – Sogeti España
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